Prune: Es un restaurante pequeño, informal, de muy buen ambiente. Conocido como el restaurant favorito de los mejores chefs de NY. La comida es divina, muy sencilla. Uno de los mejores platos, por opinión popular es el de mollejas (ris deveau) que los americanos llaman sweetbreads. Ese es un plato que no todo el mundo se atreve a pedir, y que pocos saben hacer bien, pero en este lugar es demasiaaaaado bueno. Reservar con tiempo.

Il Buco alimentari e vineria: Hay dos restaurantes, ambos del mismo dueño que se llaman "Il Buco", asegúrate de ir al "alimentari e vineria". Es mucho más coo, que el otro. Allí, cualquier plato con salchicha (las hacen ellos) es mundial! Pero ninguna opción mala. Es bueno reservar.

 Cosme: Es un restarante mexicano de Enrique Olvera, el dueño y chef de Pujol en Mexico DF, uno de los mejores restaurantes del mundo. Es una experiencia sensorial! Como MUST les recomiendo las tortillas de uni (erizo) con tuétano, las carnitas de pato y el mezcal con sangrita. Ahhhh y el postre icónico de ellos, el suspiro de maíz! Reservar con tiempo.

Sushi Yasuda: Este es un restaurant japonés muy tradicional. Si te gusta el sushi no puedes dejar de ir. Para poder vivir la experiencia completa te recomiendo sentarte en la barra y hacer Omakase (ponerse en las manos del chef). De esa forma vas a conocer muchísimos pescados que normalmente uno no pediría por falta de conocimiento. No te pierdas los mochis de postre. Reservar con tiempo.

The spotted pig: Un clásico en NY. No aceptan reservación, pero vale la pena la espera. El paté de pollo y la hamburguesa con queso azul son excelentes opciones.

Sant Ambroeus: Este café que nos encanta para merendar.  Las tartaletas de frutas son las mejores que he probado en mi vida. Lo mejor es sentarse en la parte del café, hacia la calle y no en el comedor del restaurante adentro.

Red Farm: Para un buen chino, sin duda alguna esta es mi recomendación. No puedes dejar de pedir los soup dumplings, la crispy beef y el pork belly. 

Atera: Si te gusta el fine dining, les va a encantar Atera. Es un resturante pequeño, de ambiente súper agradable. Todos los comensales se sientan en una barra que está alrededor de la cocina. Son 18 pequeños platos, cada uno es una obra de arte. Si te gusta el tema de la jardinería, como a mí, al final de la cena pide un tour por el huerto que tienen en el sótano. Reservar con tiempo.