• 1 taza de batata (sweet potato) hervida 

• 1 taza de harina todo uso

Pon a hervir la batata con piel hasta que esté suave. Cuando esté lista y aún caliente, pélala con cuidado cuidado de no quemarte. 

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Con la ayuda de un tenedor, machácala hsta conseguir un puré. Mide una taza de batata y mientras esté caliente, mezcla 1 taza de harina. Al princippio mezcla con un tenedor para no quemarte y cuando la puedas manipular termina de amasar con las manos hasta obtener una masa homogénea.

Si estás haciéndola con batata blanca necesitarás agregar un mini chorrito de agua caliente pues la batata blanca es más seca que la naranja. 

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Procura no mezclar de más ya que se pondrá pegostoza y tendrás que agregar más harina. Queremos evitar agregar más harina porque eso resultará en un rotí mas duro. 

Calienta un sartén a fuego medio. Espolvorea una capa súper delgada de harina sobre una superficie limpia y seca. Toma un poco de la masa (una bolita un poco mas pequeña que una bola de golf), aplana con la palma de tu mano y comienza a aplanar con un rodillo hasta obtener un círculo lo más delgado posible. Ponle suficiente harina en ambos lados para que no se pegue, tomando en cuenta que mientras menos harina, mejor. 

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A mi me gusta cortar los círculos con un molde, pero hay quienes prefieren dejarlos mas rústicos. Coloca el roti sobre el sartén y cocina unos 25 o 30 segundos por cada lado. Luego colócalos directo sobre la llama directa de otra hornilla durante unos 5 segundos por cada lado. Debería inflarse como en el video (ver abajo). Si no tienes hornilla de gas, puedes ir presionando con un pañito el roti y verás como comienzan a salir bolsillos de aire. Presiona en distintos lugares del roti, dandole la vuelta hasta que haya inflado por completo o casi por completo. 

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Mantenlos cubiertos en un paño limpio de cocina mientras haces el resto y hasta que vayas a comerlos. Se mantienen muy bien en un recipiente hermético hasta por 24 horas.