Este es uno de los platos favoritos de mi casa. Mis hijos se vuelven locos de emoción cuando ven que lo voy a preparar. 

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Las conchitas las usamos como cucharas para tomar el líquido, que es como una sopa gloriosa. Eso si, no doble dipping. Cada concha se usa una sola vez, y se bota. 

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A mí me gusta hacerlo con los mejillones que venden precocidos en bolsas. Me parece súper práctico porque ya vienen listos, limpios y sin las barbas de algas. Podrías hacerlo también con mejillones frescos, cocidos al vapor. En ese caso, asegúrate de guardar el líquido que botan en la cocción. Ese líquido es muy importante para nuestra salsa/sopa gloriosa. Para cocerlos, utiliza vino blanco o una mezcla de agua y vino blanco. Estarán listos cuando hayan abierto (entre 3 y 6 minutos).

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Para servirlos me gusta acompañarlos con papas fritas, como hacen en Bélgica, país de donde este plato es originario. Moules et frites, se llama.

 

Por cierto, ¿sabías que las famosas french fries o papas fritas son al parecer originarias de Bélgica y no de Francia? 

 

También hago una mezcla de ketchup y mermelada picante de pimentón para las papitas. Eso en Francia está visto como un faux pas (una metida de pata), ya que la mayoría de ellos detesta la idea de servir ketchup con las papas. Pero como no estamos en Francia, lamentablemente, pues disfrutemos de nuestras papas como nos gusten. 

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Preparación: 

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Sofríe la cebolla picada en cuadros pequeños en un sartén a fuego medio-alto junto con el aceite de oliva y la mantequilla. 

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Cuando esté traslúcida, agrega el ajo finamente rebanado. Agrega también el tomillo. 

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Cuando esté cocido, sin dejar dorar, agrega el vino, y un par de minutos despúes los mejillones con su jugo, la sal y pimienta.

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Cocina unos 3 minutos. 

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Sirve inmediatamente. 

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