Precalienta el horno en 350 F.

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Mezcla todos los ingredientes en un KitchenAid, o en un bowl, hasta obtener una mezcla homogénea. Si te parece que la mezcla está muy espesa, agrega un poco mas de leche. 

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Cuando tengas la mezcla ya lista, es momento de preparar el molde para garantizar que no se vaya a pegar a la torta, siguiendo estos tips:

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• Cuida mucho de tu molde. No lo laves con jabones fuertes ni con esponjas ásperas. Ellos vienen con una superficie antiadherente que debemos proteger. 

• Clarifica un poco de mantequilla. Es decir, derrítela en una pequeña olla y con cuidado saca todos los residuos lácteos, esa espumita blanca que tiene, de manera de que te quede solo la grasa. 

• Utilizando una brocha, asegúrate de cubrir toda la superficie interior del molde. 

• Luego, espolvorea un poco de harina de almendras o harina pan. Sacude el exceso e inmediatamente después coloca la mezcla en el molde. 

• Cocina hasta que esté lista. 45 minutos aproximadamente. 

• Saca la torta y déjala reposar sobre una rejilla durante 5 minutos.

• Voltéala y deja reposar 5 minutos más. 

• Si aún no ha salido del molde, coloca un paño mojado con agua hirviendo en una bandeja y coloca el molde sobre el paño. El vapor va a ayudar a desprenderla.

• Si aún no ha salido, congela la torta e inténtalo de nuevo. Cuando haya salido, la puedes volver a calentar en el horno y quedará tan deliciosa como si nunca se hubiese congelado.